Bajando de Ports de Beçeit, mientras Youssef dormía
plácidamente en la parte de atrás de la furgo y comentando las vías que
habíamos hecho ese día, surgió la propuesta de ir a Gourette a escalar, a una
zona desconocida para mi y en la que el Maestro había estado varias veces
dándole caña al esquí de montaña y pateando. La idea me pareció cohonuda; un
finde completo escalando en un entorno precioso y unas vías más que
recomendables de buena roca, fisuras desequipadas, altura y compromiso. El plan
era el siguiente; salir el viernes después de la obligada siesta hacia Francia,
dormir en la furgo y al dia siguiente atacar al pico Coutchets por la via “A
Quim le bereber” y al día siguiente subir al Pen de Sarriere por una de sus rutas de la cara sur, más
amable y divertida.
Llegamos el viernes
a Laruns envueltos en niebla, una niebla que empapaba todo lo que tocaba y que,
sin enterarte, te calaba hasta los huesos poco a poco.
Nos echamos a
dormir confiando en que a la mañana siguiente amaneciera despejado y soñando
con recorrer esta ruta que tanto nos llamaba la atención. Suena el despertador
a las 06.30, abro el ojo y no veo nada, obscuridad total a mí alrededor. Me
incorporo y veo que en el exterior de la furgo continua la niebla y ha
comenzado a llover. Despierto a mi compañero y le informo de la situación. Con
mucho criterio me contesta “grrrrrrrrrrr,” se da media vuelta y sigue
durmiendo. Su dilatada experiencia en
montaña le dice que no merece la pena ponerse en marcha con esa meteo. Yo sigo
los pasos del maestro y me vuelvo a meter en mi saco.
Sobre las ocho de
la mañana nos levantamos y empezamos a preparar el material, aunque en nuestro
interior sabemos que si la niebla persiste, no será posible escalar por la ruta
elegida. Como no teníamos muy clara la
aproximación ( a causa de la niebla, claro) preguntamos a Jean Pierre, que
estaba por allí (un zagal francés como otros muchos) y nos dice que el no sabe
nada de la ruta que queremos hacer, pero que va a llamar a un amigo suyo que si
que lo sabe, pues es el equipador de la vía y que viene en cinco minutos a
informarnos. Al poco llega Joan Grisó, un tipo con muchas horas de monte,
escalador y aperturista prolífico por toda la geografía española y parte de la
mundial y, además, aperturista de la vía elegida. Nos dice por donde se accede
pero que no merece la pena ir con esas condiciones meteorológicas ya que estará
todo mojado y la aproximación, con niebla, puede ser muy perdedora. Tras una
larga y didáctica conversación con Joan decidimos hacerle caso y nos ponemos a
pensar en otros objetivos posibles. “Maestro, vamos al Midi?” “el tiempo estará
igual” “vamos al diedro Sajuma?” “puede ser una opción” “vamos a…” Las ideas se
acaban y el cronometro continua su avance inexorable, quitándonos horas de
sueños en vertical.
Furgoneta, carretera
y p´aspaña.
Al atravesar la
frontera de Portalet, vimos una aguja muy estética a la izquierda y le pregunte
a Oscar si esa aguja no tendría algún recorrido abierto. Consultó su libro de
magias y escaladas y PREMIO!!! La aguja
figuraba en su guía y además la ponían bastante bien; reuniones equipadas,
largos bonitos, equipada con parabolts… La roca no es de gran calidad, pero
tiene la consistencia justa para exigir la máxima concentración en algunos
pasos y dejarte disfrutar de otros.
Hierros, cuerdas,
cascos, muchas ganas de trepar y nos vamos p´arriba.
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